El Bache

Sí, en todas partes hay baches. Ahora mismo, en lo que respecta a lo literario, estoy en uno. Para un escritor, un bache significa, casi en su totalidad, perder las ganas de escribir. Ese es el combustible que permite iniciar el largo viaje hacia el fin de una novela, que te apetezca hacerlo. 

Ahora no me apetece. 

Mañana lo mismo sí. 

Uno enfrenta la madurez y luego la vejez casi siempre de igual modo, sumergido de tal modo en la vorágine que así, sin enfrentarla, no da miedo. Pero este blog es para pensar, reflexionar y sí reflexiono, me surge la duda. Me explico. 

Hasta ahora escribir era un placer en sí mismo encaminado a que mis libros vieran la luz y fueran leídos. Ahora mismo, la cadena que va desde mi ordenador hacia las estanterías, está rota y no sé aún como repararla. 

Sin duda lo haré, pero quizá sea un proyecto para el curso que viene. Ahora en verano solo voy a comenzar a valorar opciones. 

Y en esas estaba cuando me ha asaltado la necesidad de comenzar a escribir una novela de la serie de las tinieblas, quizá la última. En la duermevela de antes de dormirse me ha venido el argumento completo. Eso no significa nada, seguro que el resultado final no se parece a eso que he imaginado, pero tengo todo, el final y un principio, solo hay que rellenar 300 o 400 páginas entre medias.  

Está claro que a veces ponemos los carros delante de los caballos. Acabo de descubrir que escribo porque tengo esa pulsión. Público para darle un sentido. Siguiendo el camino de no alimentar aún más el cajón de las novelas inéditas, me propuse parar hasta reordenar un poco todo esto. Ahora mismo tengo 4 novelas largas sin publicar y un par de ellas cortas. 

Vamos a buscar una salida de esos trabajos antes de seguir escribiendo, pero la cosa no funciona así, me temo. 

Es de sabios no luchar contra la corriente sino ayudarse de ella. Vamos a ver si no resulto ahogado. 

Comentarios